jueves, 27 de diciembre de 2018

3 obras del Studio Ghibli para ver en AÑO NUEVO

Ojalá tuviera buenas excusas para no ser constante en el blog, me desconecto básicamente de todo, sobre todo por las torturas que recibo en la universidad. Pero, afortunadamente, Studio Ghibli estuvo allí para darme ánimos enteros y este año me ví tres obras suyas que no conocía y resultaron toda una dulzura de shojo y slice of life.

Nunca subestimé las obras de este estudio para dejarme pasar por alto estas obras, pero la verdad, con lo difícil que es encontrar cómo verlas, porque no en cualquier lado puedes encontrarlas en linea, tuve que comprarlas. En fin. Hay buenas razones para ponerlas en esta entrada de fin de año, y es que para mí, representan y hablan sobre temas bastante emblemáticos para estas temporadas, no por la temática, si no por la riqueza de sus valores en cada una de estas obras que seguro darán mucho que pensar iniciando el año, ya saben, siempre se acaba el año, pensando en todas nuestras pasadas situaciones y nos maravillamos y también nos hacen mostrar una mueca, no todos los años son perfectos, están llenos de cambios, de nuevas experiencias, nos van enseñando como ir avanzando y dar frente a nuevos obstáculos.

Una cosa he decir, el Studio Ghibli adora los romances puros. Inevitablemente se encuentra en estas obras un romance pese a no ser exactamente el atractivo principal(en mi humilde opinión), pero que finalmente terminas encaramelado.



Las colinas de las amapolas. 
Kokuriko zaka-kara

Dirigida: Goro Miyazaki
Guión: Hayao Miyazaki y Keiko Miwa


Me encanta la lealtad de su cultura, los colores variados, los detalles variados en cada una de sus escenas, unos adolescentes estudiantes de Yokohama intentan hacer su mejor esfuerzo para que su casa de clubs de la escuela no sea demolida. 

Umi pese a ser ajena al asunto de la casa del club, ya que la casa en su mayoría sólo son hombres, conoce a Shun, miembro del club de periodismo y parte de los que representan la casa del club que está en riesgo de ser demolida por la renovación de edificios por los olímpicos de Tokio de 1964. Su lazo de amistad y los gran valores éticos impartidos en su escuela han dado iniciativa a Umi de ayudar a sus compañeros, con ayuda de las chicas de la escuela. Juntos, intentarán salvar en vano o no, la casa del club. También, se ve florecer una conexión profunda entre Umi y Shun.  Con esta película vienen a motivarnos o darnos una lección más sobre el trabajo en equipo, sobre el valor de las cosas perdidas, el trabajo duro y los romances tempranos. 





El viento se levanta
-Hay que intentar vivir-
Kaze Tachinu

Dirigida: Hayao Miyazaki
Guión: El mismo Hayao Miyazaki

Una maravillosa película ambientada en los 40's y la mejor parte es que es especialmente inspirada en el ingeniero aeronáutico, Jiro horikoshi quién diseñó el avión de combate Zero de Japón en el ataque del pacifico durante la segunda guerra mundial. 

La película narra desde su niñez en cortos periodos y se desarrolla a lo largo de su juventud y carrera hasta explotar su gran dote para la aeronáutica y el diseño de éste. Sin embargo, aunque Jiro parece una persona completamente abstraída por el trabajo y el conocimiento, alguien se ha ganado una parte de su corazón y se abandona- no del todo- a la infusión romántica que le ha dado la vida que pese a las adversidades e infortunios, el intenta vivir al máximo.






Susurros del corazón
Mimi wo sumaseba

Dirigida: Yoshifumi Kondo
Guión: Hayao Miyazaki

Y una de mis favoritas, que no la hace más ni menos que las demás, pero fue con la que más me sentí arrullada. Hayao Miyazaki fue el guionista de esta película y ha hecho un trabajo estupendo, pues me he enamorado con cada dialogo que a pesar de no ser necesariamente reflexivo, me pusieron pensativa y nostálgica. 

Shizuku es una aficionada de la lectura, una lectora ávida, que se ha dado cuenta que en las fichas de los libros que lee, tienen siempre un mismo nombre, de un mismo lector, Seiji Amasawa. Después de varios acontecimientos, Shizuku cuando sigue a un gato merodeador que encuentra en el metro, da con una tienda de artefactos curiosos y para sorpresa, dónde Seiji practica Luthier. Seiji le cuenta su sueño y de alguna manera, enciende la motivación en Shizuku a seguir el suyo propio, regalándonos en cada una de sus promesas, una conexión preciosa, sobre todo, su trabajo duro por lograr sus sueños y la importancia de tenerlos.